1. CONTROL REGULAR POR PARTE DE SU MÉDICO.
El deportista, como individuo sometido a un estrés físico
importante de forma constante, debe vigilar su estado de salud y considerar
seriamente el impacto de esta actividad deportiva como un elemento
potencialmente agresivo para el mantenimiento del equilibrio de su estado de
salud. El Médico es el responsable de nuestra salud, pero el deportista
también, y este debe asumir esta responsabilidad de forma seria y rigurosa.
2. EL CALENTAMIENTO
Sea cual sea la opción de actividad física o deporte
practicado y el nivel de rendimiento del deportista es fundamental realizar un
calentamiento previo para preparar a nuestro organismo para el esfuerzo
posterior. Este calentamiento debe ser necesariamente específico respecto al
tipo de ejercicio a desarrollar durante la sesión, considerando además que debe
facilitar al deportista la concentración y la focalización de su atención en la
tarea a completar.
3. LA VUELTA A LA CALMA
Esta fase de vuelta a la calma debe siempre formar parte de
la sesión de entrenamiento, al terminar. En este caso es importante detenerse
paulatinamente, caminar suave respirando profundamente, y realizar de nuevo
estiramientos específicos de los músculos más utilizados en la sesión. En
muchas circunstancias, y dependiendo de la intensidad del ejercicio, será
interesante integrar una fase activa de ejercicio aeróbico a intensidad muy
suave como elemento de acción regenerativa.
4. CONCENTRACIÓN DURANTE LA PRÁCTICA
Considerando que el deportista lo es por definición porque
practica un deporte con regularidad, esta misma regularidad debe evitar la
monotonía y el aburrimiento, pues ambos se relacionan directamente con el
aumento del riesgo de lesión, tanto de origen traumático como por sobreuso. El
deportista debe estar concentrado durante la sesión de entrenamiento, conocer
sus límites y ser consciente de sus capacidades en todo momento.
5. SEGUIMIENTO DE LA PLANIFICACIÓN Y PROGRAMACIÓN
ESTABLECIDAS
Es muy importante seguir la planificación y programación
establecida por el entrenador. El entrenamiento deportivo es un área de
conocimiento muy activa, que basa sus resultados en la adecuada organización de
los estímulos (carga de entrenamiento) a lo largo del tiempo en función de la
respuesta del deportista, y por ello es clave no modificar los contenidos
planteados (respetando las cargas de entrenamiento, los tiempos de
recuperación, etc.).
6. HIDRATACIÓN ADECUADA
Si su entrenamiento se realiza en zonas húmedas y/o
calurosas, es muy importante hidratarse bien antes, durante y después de la
sesión de entrenamiento (uno o dos vasos de agua fresca antes de comenzar y
llevar con nosotros una botella de agua de medio litro durante la práctica es
una buena forma de mantenernos hidratados), y en verano escoger las primeras
horas o las últimas del día para evitar los efectos nocivos del calor en
nuestro organismo, especialmente si estamos en las etapas iniciales.
7. ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA
El deportista necesita un adecuado aporte de energía en
forma de una alimentación sana y equilibrada. Al cuidar su alimentación el
deportista favorece y facilita los procesos de recuperación, y especialmente la
fase anabólica de respuesta al catabolismo producido por los esfuerzos del
entrenamiento. En condiciones de especial intensidad, volumen o carga
competitiva muchos deportistas pueden requerir una suplementación natural
complementaria en su alimentación. En este caso es muy importante consultarlo
con su médico y contar con un asesoramiento nutricional profesional.
8. ENTRENAMIENTO INVISIBLE, EL VALOR DEL DESCANSO.
Sin descanso no es posible mejorar, y ésta es una de las
máximas más evidentes del Deporte. Este descanso debe contemplar un número
suficiente de horas de sueño al día, y sobretodo una distribución correcta del
esfuerzo a la largo de la sesión y entre sesiones a lo largo de la semana.
Además, la utilización de técnicas y métodos complementarios (fisioterapia,
hidroterapia, etc.) es un factor de éxito en la optimización de la recuperación
del deportista entre esfuerzos.
9. DISFRUTE DEL ENTRENAMIENTO Y LA COMPETICIÓN
Aunque el entrenamiento tiene muchos momentos duros y la
competición supone para muchos deportistas una situación particularmente
estresante, es fundamental que el individuo sea capaz de controlar su ansiedad
en estas circunstancias y disfrutar tanto de la práctica diaria como de la
competición. Para ello en muchos casos el deportista también necesitará del
aprendizaje y el entrenamiento específico de técnicas de control psicológico y
el apoyo de profesionales cualificados.
10. PACIENCIA Y CONSTANCIA, CLAVES DEL ÉXITO
El último de nuestros consejos no podía ser otro que el de
la paciencia y la constancia. Si hay una actividad humana en la que existe una
clara relación causa-efecto entre el esfuerzo y la energía dedicada y el
resultado obtenido, esta es sin duda la práctica deportiva. Todo al final es
una cuestión de tiempo, y para poder cumplir con este requisito, el individuo
debe ser capaz de invertir el tiempo suficiente a lo largo del tiempo
suficiente para alcanzar su objetivo.
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